FUERA DE LUGAR

 Su madre agoniza en el hospital mientras Ana espera impávida que todo termine. Una vez sucedido, toma su bolso, sale a la calle y se sube al auto. Sin que pueda siquiera imaginarlo, ese día también muere su padre, de golpe nomás, mientras dormía. Un velatorio para dos y, tal como lo indican los preceptos religiosos, ambos son velados con el cajón cerrado. Un féretro al lado del otro.

Con una verborragia inusitada Ana cuenta, a quien quiera escucharla, el inmenso dolor que siente por la muerte de su padre y el desamor hacia su madre. Después, se sienta frente a uno de los ataúdes y llora por horas. Sólo al final, alguien se acerca y le avisa que es su madre la que está en ese ataúd. Se seca frenéticamente las lágrimas, corre la silla y vuelve a llorar.

Este texto fue escrito para el Microtaller de Humor “Hazme reír, por favor”, Escuela de Fantasía. http://www.escueladefantasia.com

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